Nací en 1952 en Sant Quirze de Besora, un pueblo de la Plana de Vic (Barcelona). Cuando de pequeño me preguntaban qué querría ser de mayor, siempre contestaba que maestro. Lo he sido durante más de cuarenta años. Ahora estoy jubilado y puedo dedicarme a cosas que también me gustan mucho, como leer, escribir o viajar. Nunca pensé que sería precisamente escritor, pero la insistencia de mis hijos para que les contara y les escribiera cuentos me llevó a ese camino. Ahora ya he publicado una treintena de libros, y bastante variados, algunos de los cuales se han traducido al castellano, como Marina Porqués, La tortuga de Hans, Los tesoros del bosque, El grillo de Quique, El niño y el pueblo perdido…
Con Tengo un tanque de juguete he querido que los lectores reflexionen sobre lo importantes que son los pequeños cambios personales y sobre cómo la literatura y el arte también nos pueden ayudar, ya que a veces un cuento, un poema, un cuadro o una ilustración nos permiten ver las cosas de otra forma.