Tres lugares.
Nací en San Luis Potosí. Estuve allí apenas un destello, pero me quedé para siempre su luz y su color. México no termina, se enreda en cada trazo.
Volé a Santander. Escuché el susurro de su bahía y dibujé mi infancia junto a mi abuelo. La nostalgia del mar respira en mi trabajo.
Madrid me encontró y comprendí que el arte es mi manera de entender el mundo. Y de allí, a solo un salto, mis hijas me llevaron a cruzar el puente hacia un universo donde imagen y literatura bailan juntas.