De pequeña lo rayaba todo y me parecía normal que las paredes y los muebles de casa estuvieran pintados. ¡Lástima que la gente no compartiera mi pasión! Cuando tenía 8 años, me regalaron una máquina de escribir Olivetti Lettera 35 de color crema, preciosa. Me pasaba mucho tiempo escribiendo cuentos con dos dedos, y descubrí que me encantaba escribir y después dibujar esas historias. No sabía que ilustraba.
Por fin llegué a la ilustración, después de explorar a fondo la lingüística… ¡Creo que en realidad me maravillan los lenguajes! También mezclarlos: contar historias con la música, el dibujo y la voz; o sin voz; o sólo con la danza… Siempre me mueve la curiosidad y la exploración, para compartir después lo que descubro con los demás. La vida es una aventura constante.