Un día que el sol quemaba fui a dar una vuelta en bicicleta. Se me ocurrió levantar una piedra, había muchas, pero elegí justamente aquella. Se desenroscó un ciempiés fluorescente y salí pitando. Aún voy en bicicleta, pero ahora dibujo las piedras imaginando lo que se esconde debajo. Me topé con la ilustración hace unos años, no demasiados, y desde entonces me ha hecho sentir como una habitación llena de ventanas que recibe invitados inesperados, un refugio desde donde puedo susurrar secretos mientras dibujo.
(biografía a BAJO LAS PIEDRAS)
Vivo y trabajo frente al mar, en el pueblo donde crecí. Los domingos por la mañana, observo a la gente que pasea, unos hacia el puerto y otros hacia el río. Las tardes de invierno, veo pasar las barcas seguidas por nubes de gaviotas. De madrugada, cuando todavía mezclo colores, no veo el mar, pero lo oigo. Cuando miro el mar, recuerdo a mi padre, que sabía decir qué viento soplaba. De pequeña ya miraba el mar y soñaba con no recuerdo qué. Ahora miro el mar y pienso en los niños y niñas, solos o acompañados, que lo atraviesan, muertos de miedo y con los pies mojados. Delante del mar he ilustrado esta historia, tan dura y al mismo tiempo tan tierna.
(biografía a COLAS DE SUEÑOS)